domingo, 23 de marzo de 2014

Leyenda de Astros Enamorados - Búho


Ella Reina, Él su rey.
No se conocían, sin embargo, esperaban del otro la llegada.
Añoraban el día en que sus miradas se cruzaran.

Sus caminos se enredaron,
Se tensaron,
E incluso se perdieron.

Pero el destino jamás olvida,
Todo preparado tenía para que perfecto fuera.

Ella, luminosa como siempre
Con un rincón oscuro que no lograba despertar.

Él, de luz blanca y serena,
Con ojos claros, como espejos en la negrura,
Opacos por la tristeza de las tribulaciones de la vida.

La diosa Solar no le hallaba sentido a su fulgor
¿De qué sirve iluminar, si nadie aprovecha ese don?

Él, emperador de Luna, ya no creía en la alegría
¿Por qué mostrarse alegre, cuando su alma no lo sentía?

Cuando todo parecía perdido,
Cuando sus corazones esperanza casi no tenían,
El destino –sabio anciano-, se apiadó
Buscó sus hilos y de ellos tiró.

Sus miradas se hicieron una
Ya no existió congoja alguna.

Sol se iluminó,
Luna se alegró.

Comprendieron que la espera su amor intensificó,
y agradecieron al viejo sabio que su historia corrigió.

Incluso sus dones compartieron:
También Luna iluminó,
Y luego Sol se serenó.

Así lograron que su amor fuera más que una pasión.
Hicieron que la vida de uno fuera la existencia del otro,
Ya que se adoraban con fervor.

Entendieron que en la existencia todo tiene solución,
Que nada es por azar y que es bueno que elija el corazón.
De esta forma, Luna a Sol siempre amó
Y Sol a Luna, el resto de su vida iluminó.

Esta es la leyenda de los astros en oposición
Que estando en lejanía

Forjaron el más grande lazo de amor y adoración.

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