lunes, 24 de marzo de 2014

Contra la carne rompemos - Grizzly


Despedazar, esa es la palabra. Siempre quiero despedazar, Rugir, morder y gritar. Romper, rasgar, violar, desangrar nuestros cuerpos Desgarrar músculos en gritos desgarradores Y Romper las cuerdas del piano Hasta cortar en dos tu seno Tensar, quiero tensarme, Quebrarnos violentamente Caer a pedazos y correr como sangre Caliente, hirviendo, Espesa y silenciosa, En todo y sobre todo. Estamos muriendo. Aplastar, siempre quiero aplastar Dominar, someter, y luego sonreír. Implorar, Plegarias agudas como agujas, Uñas y cuchillas, espadas, Son sonidos muertos

domingo, 23 de marzo de 2014

Leyenda de Astros Enamorados - Búho


Ella Reina, Él su rey.
No se conocían, sin embargo, esperaban del otro la llegada.
Añoraban el día en que sus miradas se cruzaran.

Sus caminos se enredaron,
Se tensaron,
E incluso se perdieron.

Pero el destino jamás olvida,
Todo preparado tenía para que perfecto fuera.

Ella, luminosa como siempre
Con un rincón oscuro que no lograba despertar.

Él, de luz blanca y serena,
Con ojos claros, como espejos en la negrura,
Opacos por la tristeza de las tribulaciones de la vida.

La diosa Solar no le hallaba sentido a su fulgor
¿De qué sirve iluminar, si nadie aprovecha ese don?

Él, emperador de Luna, ya no creía en la alegría
¿Por qué mostrarse alegre, cuando su alma no lo sentía?

Cuando todo parecía perdido,
Cuando sus corazones esperanza casi no tenían,
El destino –sabio anciano-, se apiadó
Buscó sus hilos y de ellos tiró.

Sus miradas se hicieron una
Ya no existió congoja alguna.

Sol se iluminó,
Luna se alegró.

Comprendieron que la espera su amor intensificó,
y agradecieron al viejo sabio que su historia corrigió.

Incluso sus dones compartieron:
También Luna iluminó,
Y luego Sol se serenó.

Así lograron que su amor fuera más que una pasión.
Hicieron que la vida de uno fuera la existencia del otro,
Ya que se adoraban con fervor.

Entendieron que en la existencia todo tiene solución,
Que nada es por azar y que es bueno que elija el corazón.
De esta forma, Luna a Sol siempre amó
Y Sol a Luna, el resto de su vida iluminó.

Esta es la leyenda de los astros en oposición
Que estando en lejanía

Forjaron el más grande lazo de amor y adoración.

sábado, 22 de marzo de 2014

Trato - Buho

  Es de noche y las calles están vacías. No distingo colores, solo figuras.
  Sé que debo llegar a la calle Sonib n°396.
  Me acerco a un edificio lúgubre y veo el número. Aquí es, pero el asqueroso olor a tabaco inunda mis sentidos y me provoca arcadas. Sin embargo, debo seguir. Tomo aire, abro la puerta y continúo hasta encontrar la habitación indicada. Abro otra puerta y el humo sale en forma de espesa neblina.
  Dos hombres me esperan. Y allí está él, el demonio de mi vida. Estaba esperándome.
  Mi cuerpo no puede avanzar, el miedo se apodera de mí y  me grita que corra. Antes de que pueda escapar, se acerca y me aferra contra él. Su boca busca la mía.
  ¡Oh, no! ¡Por favor, no te acerques así!
  No puedo respirar. Toma un poco de su cigarrillo y abre sus labios en los míos. El tabaco me noquea. El sabor a vodka de su boca me invade ¡No lo quiero dentro de mí!
  Me alejo, aunque sujeta mi muñeca con fuerza. Sé que no estoy cumpliendo mi parte del trato, pero ya no quiero. Respira en mi cuello, logro soltarme y grito: “¡No quiero nada de ti, esto se acabó!”

  Pero sus ojos de fuego centelleante me dicen que no es así. Esto acaba de comenzar.

Día y Noche - Abeja

¿Qué es realmente un eclipse?
¿Las distintas posiciones
que Sol y Luna toman
para del otro esconderse?
Pero sea lunar o solar,
de día o de noche,
medio o total,
entre los astros hay roce,
ese roce romántico entre el satélite
y la gran bola de fuego,
creando todo un universo nuevo
en el beso espacial más bello.




Seas tú mi reina solar,
y yo tu caballero lunar,
vivamos de nuestro amor eclipsado:
mirándonos de todos lados
con nuestros cuerpos completos besados.

Tú delante de mí, yo delante ti,
pero así sea siempre:
en nuestros bellos sueños de noche,
el universo confabula para nuestro encuentro
de miradas bellas de día.

jueves, 13 de febrero de 2014

Travesía - Abeja

   Viajemos.
   Por latinoamérica, las Rocosas y el Ártico. El Índico y los Urales. Por cada rincón de este mundo y el nuestro.
   Bajemos por el ají rojo, desde el desierto a los glaciares. Nademos en los volcanes y revolquémonos en los lagos. En cada orilla pesquemos y de los árboles saquemos nuestro alimento. En los puertos toquemos vals y en las villas rurales cocinemos con tanta especia que el aire se vuelva un sahumerio de aromas y sabores.
   Caminemos hasta La Plata y atravesemos a Camboriú. Rodeemos hacia el Estrecho y corramos hasta el Golfo Azteca. Un poco de magia budú en el Caribe y cazar insectos en la Amazonia. Bebamos jugos de cuanta fruta encontremos y de alcohol y habanos intoxiquémonos. En motocicleta los 50 estados y en trineo el país de la hoja de arce.
   Nademos a Reino Unido y crucemos en ferry el Canal de la Mancha. Con parisinos el vino local y con alemanes la cerveza mundial. Tanto alcohol catalán, marroquí, aragonés, vasco, sevillano, andaluz y valenciano. Escalemos los Apeninos con cajas de pasta y tomates en la espalda; volemos a Escandivania en un macho cabrío siciliano. Días de verano eternos en el polo ártico y el licor ardiente quemando nuestras ansias. Patinemos a la Rusia y dancemos en plena capital. Busquemos el Aleph en pleno tren majestuoso y escribamos tanto libro en plena Siberia.



   Conozcamos la Irem de los Pilares y excavemos hasta ver los hindi. Lleguemos a Vishnú en una carreta tirada por los caballos de Genghis Khan. Desde la Gran Muralla veamos el Sol Naciente y recreemos la Campaña Osaka. En un bote de Bangkok naveguemos hasta el Cabo de Nueva Esperanza y exploremos selvas y desiertos.
   Como el reino de Dios, vaguemos cuarenta años y construyamos una pirámide gigante. Como musulmanes de sangrantes rodillas vayamos al mediterráneo y en Creta matemos un minotauro. E Isla por Isla juguemos con la historia y la mitología.
   Saltemos al ombligo del mundo e investiguemos flora y fauna. Seamos científicos en ese país venenoso y brinquemos como canguros. Tengamos un hijo y llevémoslo en nuestra bolsa marsupial en una balsa polinésica a nuestra casa.
   Y en nuestra cama podremos seguir viajando y basta solo un beso. Iniciemos la exploración corporal y que los aromas de mundos aún por descubrir perfumen la habitación. Miremos nuestros ojos y sumerjámonos en un mar de deseos y pasiones. Tenemos toda una vida y aferrados con las manos surquemos El y Nuestro Universo.
   Es que tomado a tu mano quiero andar a pie por nuestro planeta.
   Es que me basta solo tomar tu mano y así guiarnos por montañas, golfos, mares, desiertos, islas, trenes, viento y danzas.
   Es que me basta solo tomar tu mano para crear todo un Mundo a tu lado.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Sueños - Jirafa

Desnuda me paseo entre tus manos infernales.
Caigo rendida ante tus besos complacientes.
Y llevo tanto tiempo deseándote que con otra mirada te cedo mi alma.
Comienzo a navegar por tu piel infinita, susurrando tu nombre medio dormida, medio despierta.
A través de mis labios, tú, duro ardiente.
Entre mis manos, tú, anhelado.
Ahora soy yo quien te pide no te detengas.
Maldita esta pasión que me hace engañar.
Bendita tu altura que me vuelve diminuta.
Vuelvo a danzar en esta cama que nos esconde del mundo, yendo de allá para acá, teniéndote dentro y fuera.
Vuelves una y otra vez, arremetiendo contra lo que soy.
Regresas para lamer lo que desde hace mucho guardaba para ti.
Mártir de tus palabras seductoras que enardecen mi ser y ufana de deseo, busco una, dos, tres veces, lo que sé en otra parte no encontraré.
Tarde despierto, pletórica de tus caricias.
Así vuelvo cada noche que él no está, para otro preámbulo, otro goce, otro clímax.

martes, 11 de febrero de 2014

Páramo Nocturno - Abeja

   Escribo esto como un testimonio antes de morir. Espero que las autoridades tomen las precauciones y prohiban la entrada a este páramo durante la noche.
   Me encuentro a cincuenta kilómetros de la capital, en un desierto lugar entre las montañas. Los murmuros de los grillos y los aullidos de las bestias dan lugar a este campo desierto de humanos. Una vista hermosa de las estrellas se puede contemplar: todo el plano Astral está a la merced de los ojos; la bóveda celestial se deja ver en su inmensidad; vía láctea y constelaciones dibujan obras maestras en el techo del cielo. Una preciosa luna adorna la cúpula oscura, como una lampara. Lamento no haber traído mi telescopio, no hay nubes que me impidan ver el firmamento. Pero más lamento haberme sentado aquí.
   Hace un rato comenzó a helar. Noto como la escarcha mata la hierba y un soplido lugubre nace de los recovecos de los árboles. Se mueven lentamente, sus ramas son garras que dirigen una sinfonía de vaho tan gélido como la idea misma de la muerte.
   Mientras escribo esto un sonido de cascada llega a mis oídos. Siento como arrastra pesadas figuras que caen con un sonido repugnante, para luego ser devoradas por gusanos espectrales que se se meten en mis oídos y mi cabeza.
   Mi lampara a cuerda titila tenebrosamente, encendiendo y apagando las sombras que se proyectan frente a mí. Un fuerte peso cae sobre mis hombros y logro ver, por el rabillo de mi ojo, una sombra más oscura de lo común. Pisadas sin sonido bajo los pies de la Penumbra viviente, que rompen, bajo un susurro escalofriante, el niveo pasto de aquel cerro.
   En la esquina inferior de esta hoja veo una mano huesuda escalar con malicia, tiñiendo de sangre mis lineas, erizando y produciendo un dolor en mi brazo. Algunos escarabajos suben por mis piernas y tábanos devoran mis órganos. Un graznido tenue me hace estremecer y botar mi lámpara.
   Con mi mano izquierda levanto mi única fuente luz -la luna fue tapada por negras nubes de tormenta- para así divisar la peor imagen que ha pasado por mis ojos: un hombre de gran estatura y enjuto, con una sonrisa malélova y un perturbante smoking adornado con un gran sombrero de copa. Pestañeo por culpa de las polillas que carcomen mis ojos y compruebo que el sujeto ha desaparecido. Otro pestañeo y me doy cuenta que nuestros ojos ahora se encuentran a centímetros: sus pupilas reflejan un violento infierno musicalizado por gritos y lamentos mortuorios.
   Mi luz se apaga y quedo inmerso en una boca de lobo. Mis labios sangran y mi cuerpo es arrastrado colina abajo por una fuerza demoniaca. Algunas piedras azotan mi cuerpo y las estrellas oscilan, el cielo se cierra más aún y el viento se hace fuerte y zumbante.
   Estoy tirado en un claro. La luna se ha despejado y me ilumina con odio. Mi sangre cae sobre esta hoja y solo puedo mover mis dedos. Mis piernas están rotas, mi espalda hecha polvo.
   Una risa profunda proviene de los árboles, de la tierra, de las hojas, de las piedras y dentro de mi mente. Un viscoso temor se hace notar en mis neuronas, los axones son apresados por tentáculos repugnantes y cientos de brazos oscuros jalan mi cordura y pintan de moho las paredes de mi cerebro.
   Logro ver un cartel a veinte metros. Con mi brazo libre repto por las duras y gélidas piedras y con todas mis fuerzas trato de escribir un mensaje. Pero con un estruendo enorme algo cae del cielo. Es el mismo hombre que me miró con curiosidad y en cuclillas se acercó hacia mí con la misma sonrisa de antes:

-¡Buenas noches!

Nota del explorador que encontró esta hoja:
Este texto fue encontrado cercano a un cartel ensangrentado con la siguiente inscripción:
EL DIABLO ESTÁ AQ

Traición - Lince

La muerte es cercana y arcana
viene sigilosa y se encarna en mi cara
Máscaras de las más caras
cubren mi rostro como cáscara.

La vergüenza se apodera póstuma
al divisar tu mirada íntima
callando mi voz antes cándida
se encuentra encerrada, enterrada, famélica.

La verdad a la muerte conmigo se enrumba
si no tu corazón quedará en penumbra
comprende que eso en mi conciencia retumba
Traición, te llevo conmigo a la tumba.

Súcubo - Abeja

Tu muerte será
mi placer,
tu fluir sanguinolento
hará las flores crecer.
Como rosas de fuego
cual tu pelo, me apasiona el amarte,
Así llegas cada día más
atractiva
tu misma lengua y tu voz
lasciva,
he decidido del todo camino
abandonarte,
a mí no me haces bien y
no deseo mirarte.

¿De dónde has sacado zarpas,
maldito demonio lujurioso?
Tu cariño es injurioso,
quiero amarte y sentirte mujer mía,
pero sabes que eso arruina mi vida,
¿y tú me deseas como yo?
Maldita tu máscara,
maldito polluelo en cáscara,
de ternura y eres vil.

Solo porque deseo humedecer
tus labios,
tu propiedad tener,
acabaré matándote, lo sé,
quizás te mate mi amada,
y yo en pena lloraré,
y yo quedaré en nada.

domingo, 9 de febrero de 2014

Defiance- Gato

Has caído a merced de las bestias,
seres que anhelan un pedazo de tu ser;
ira, rencor, sangre y dislexias
o de amores que se nutren de placer.
Mas te diré, que no debes temer de ellos;
ellos, que un derecho se ha ganado,
aunque montasen un infierno
yo no me iré de tu lado.

Se jactan del tamaño de sus fauces,
cuan pequeños son mis dientes.
Aunque se sientan mordaces
los doblego desde siempre.
Sus amenazas son sinceras,
pero me parece risorio;
mi voluntad es verdadera,
no doy motivos para el odio.

¿Qué me importa este manojo
de seres fuertes y candentes?
Aunque me arranquen colmillos y ojos
te seguiré buscando entre la gente.
Y treparé a cada balcón,
maullaré hasta quedar sin aliento,
juntaré nación contra nación
y así aferrarme al sentimiento.

Mi vida es breve, pero aquí estoy:
ni a la quimera temo, es cierto;
aun si me devora, destruyendo lo que soy
te cuidaré hasta el final del tiempo.

jueves, 6 de febrero de 2014

Rosa Pasional parte 3 - Abeja

Ahuyenta todo este enojo,
tus besos son oxcitocina,
tu aliento opio, tu piel morfina.
Así te miro con el ojo,
nunca te dejaría escapar
por ese alto y oscuro umbral,
cerraré con llave la puerta,
y para abrirla debes cansarme
y estoy seguro que tú caerás muerta,
porque mis brazos al enlazarte,
tu cuerpo queda a mi antojo.

Te digo esto: quédate los lentes,
te hacen ver de una manera erótica,
te pido que te vuelvas exótica
tanto como pueda tu mente.
Llévame contigo a las nubes,
hagamos fuegos artificiales,
mientras a mi cuerpo te subes
llegaremos a alturas espaciales.
Y tú sabes cuanto me gustan las alturas,
para agregarle una pizca más de lujuria,
unos gramos más de pasión,
hagamos de esto una canción.

Parte 1
Parte 2

miércoles, 5 de febrero de 2014

Rosa Pasional parte 2 - Abeja

Pues sácate los zapatos lentamente,
los calcetines cuelga por ahí,
el resto lo saco yo demente,
que esto me pertenece a mí.
Deja que tu cabello cubra
esa bella piel que alumbra,
deja tu cabello suelto al vaivén,
recibe a este suave amante
él con todo su galante
te hará llegar al Edén.
Ven, bésalo flamante,
acaricialo abrasante,
él te recorre ardiente,
él te desea caliente.

Poséeme, domíname, cázame,
con tus zarpas engúlleme,
tan fuerte quiero que me tomes,
mientras con tus uñas mi espalda recorres.
Tus piernas firmemente tomaré,
tu cuello finamente besaré,
tu rostro con pasión admiraré
y a tu cuerpo lentamente salvaré.
La temperatura se incrementa,
la adrenalina hace aparición,
gemidos suaves inundan la habitación,
del placer si estás atenta,
escaparte si quieres intenta
mi cuerpo es tu calabozo,
pero todo esto es gozo,
nuestros cuerpos son tormenta.

Parte 1
Parte 3

martes, 4 de febrero de 2014

Air et vous- Gato

¡Qué dichoso es el aire!
El único que invade tu espacio
a tiempo completo, hasta en tus desaires
acaricia tus pómulos rosáceos.
Inagotable como tu belleza;
por donde les miras
son la pareja perfecta,
quisiera ser el aire que respiras.
Rodear con mi esencia tu universo
 y envejecer junto contigo;
beber de tu aliento inmenso
como el más dulce de los vinos.
Alentarte al comenzar el día:
traerte buenas nuevas de Madrid;
de Venecia, melodías;
los perfumes, de París.
¡Qué dichoso el aire tuyo!
Amigo de los poros de tu piel:
hasta el minúsculo murmullo
de tu voz, llega hacia él.
Quiero robarme tus recuerdos,
ser uno en tu fragancia, tú testigo;
nadar en tu océano de besos
y que el rastro de tu olor vaya conmigo.

lunes, 3 de febrero de 2014

Lo peligroso - Camaleón

 

      Camina con seguridad por la calle, impregnando cada centímetro de su piel por el sol. Con los ojos entrecerrados evita que el destello le haga perder la compostura, las cejas, asimismo, tratan de emular a los párpados manteniendo una línea recta que denota cierta cantidad de concentración y meticulosidad.

Los hombros forman un bello ángulo llano, que se extiende desde el centro de su columna vertebral hasta el precipicio de sus brazos alargados. El vientre apegado al centro de su anatomía, cada parte del abdomen se marca tras la tela de su camiseta. He de decir, el color blanco no deja mucho a la imaginación.


El viento hace que su cabello se agite con violencia. No trata de acomodarlo, mantiene sus manos en los bolsillos traseros. Qué clase de profunda admiración tienen aquellas cavidades forjadas en tela e hilo, que sus manos tienden a dirigirse directamente a esa parte y sin miramiento alguno deja entrever el borde de su cadera. ¿Lo hará a propósito?


Su cuello grácil se ladea cuando camina en línea recta, se pavonea de manera natural con la curiosidad de un niño que quiere saberlo todo. La tráquea se acomoda con cada respiración, aquel monte diminuto se alza trémulo tras la piel de su garganta. No hay estandarte más apropiado, ni símbolo más idóneo que encapsule la esencia masculina, como la prominencia laríngea, (manzana o nuez de Adán). Lo varonil, primitivo, tosco tiene su propia conjugación sensual hecha de hueso y carne. Los movimientos verticales se amoldan bajo esa piel delgada pero fibrosa, marcando cada vértice y hendidura. Cómo quitar la atención de su garganta, cómo forzar la vista a que no se conmueva a tal punto de querer tocarlo con la mirada, de querer rasgarlo de tanta intensidad en las pupilas, de querer besarlo en un parpadeo.


Su boca posee una curvatura pequeña, pero marcada. Los labios voluptuosos, rebosantes, tentadores. Veo como el aire sale por las comisuras de aquella boca infernal. Tiende a morderse el labio inferior cuando no sebe qué responder. Toca levemente sus dientes con la lengua en cada vocablo que emite, hiperventila algunas veces cuando le hacen preguntas. Lo atrayente no es la forma, es el uso dicen. Cuántas utilidades ha de haber en aquella boca, desde los gestos que alteren mi respiración, los besos que quemen mi piel, los susurros que atrapen mis anhelos, las caricias que enciendan el fuego que necesito en mi pecho, hasta las palabras que toquen el epicentro de mi cuerpo. No hay manera de pensarlo sin agitarse, es un hecho.


Lo describo mientras lo observo, lo describo mientras las ganas abundan, lo describo mientras lo necesito, lo describo mientras el deseo me hace ser su presa, lo describo mientas las anáforas fluyen como el agua, lo describo mientras él no me ve.


La mañana no acaba y menos disminuyen mis ganas. Puedo verlo en cada pared translúcida de este recinto cerrado. Respiro agitada. No, no respiro, resoplo con furia. ¿Cómo es posible verlo hasta en mi propio reflejo? Lo veo en mi piel, en mi boca, en mi sonrisa insulsa. Lo veo y él no me ve. Quiere verme, pero yo no quiero. Quiere tocarme, pero yo me niego. Quiere volver, pero yo no puedo. No, no puedo permitirlo.


Salgo a la calle y camino con ira a cada paso. Cada movimiento lo hago con desdén y frustración, sin embargo sé, que no es rechazo lo que siento por él. No es ira, sino deseo. Lujuria inflamada por las ganas de verlo otra vez. Lo ansío tanto que el deseo se transforma en escozor, en ardor en las mejillas y en una constante de suspiros violentos.


Las calles tienen un aspecto de ensueño a estas horas. No hay gente en las aceras, lo cual es bastante provechoso. Caminar a casa parece una buena idea. Aire frío y un paso constante enfrían los ímpetus. Bueno, eso quiero creer.


Cuando llego al cruce de siempre, ese en el que confluyen una avenida y dos calles, me alisto para cruzar. Miro hacia ambos lados y es en ese intertanto que mi corazón da un respingo… Está ahí, parado al otro lado. Con los ojos fijos en mí, con esa mueca chueca en los labios que tanto extrañaba, con la espalda erguida, con la palabra justa en la boca, esa palabra que me hará volver.




Te encuentro nuevamente en la calle. Como si estas no fueran lo suficientemente peligrosas.

Rift - Hurón

   Te extraño. Una angustia suprema no me deja pensar en otras cosas. La verdad es que te extraño. Y una angustia ínfima me hace pensar cosas tan terribles.
   Te extraño de esas maneras que no se pueden escribir. Y una pena terrible me hunde en un pozo de desesperación, quiero verte. Es cierto, te extraño. Y una pena inútil me eleva a un Espacio de soledad y desánimo.
   Te extraño y no sé como expresarlo. Y un odio inmenso al espacio que nos separa hace que te extrañe más. Sí, te extraño. Y un odio reprimido me hace reflexionar que estuvimos tantos años sin vernos ni conocernos que debería dar igual.
   Te extraño y las palabras no bastan para decirlo. Porque estoy ansioso por verte y tenerte en mis brazos. Dios sabe cuánto te extraño. Porque no sé si debería estar tan ansioso.
   Te extraño tanto que no sé qué hacer. Y un temor gigante que tengo de que tú no me extrañes. ¡Realmente te extraño! Y un temor pequeño que tengo, porque no deberías por qué extrañarme.
   Te extraño y mi mente está en blanco por ello. Y celos horribles por quienes pueden verte y sentirte. Es que te extraño demasiado. Y celos más angustiantes, no debería por qué celar.
   Es que te extraño. Y hace un día que no te veo. Y eso me hace extrañarte. Y siento que han sido meses sin verte.

   Te extraño. Y me gustaría decirte lo tanto que te quiero. Lo tanto que te extrañado. Y me gustaría no extrañarte más.

   Pero cada segundo que pasa te extraño más, y más, y más.
   Pero cada segundo que pasa hará que el momento en que te tenga cerca, sea más hermoso.
   Y luego te extrañaré de nuevo.

Intimidad- Jirafa & Gato



Gato: ¿Cómo es el amor de verdad,
amor que nace en un pequeño gesto
y por más sencillo a vista de la humanidad
en la realidad de un amante es inmenso?

Jirafa: El último objetivo de mi lista es ser
fervorosa de esa creencia siempre tan necesaria.
Aleja y concibe miedos. Miedo de amar.
Miedo de perder.
¡Oh, cuan caprichoso es ese amor del que hablan!
Y me preguntas cómo es.
Pasión, es más real que un gesto.
Amantes, todos ellos escondidos del placer.
¿Es preciso estar enamorado para disfrutarlo?

Gato: Del amor fervoroso lo único concreto
es que está enfermo,
puede que tu afecto esté incompleto
como oración sin verbo,
como poeta sin su pluma,
paladín sin su espada
un mar como el tuyo, sin espuma
o un crucero sin varada.

Jirafa: Que mi frenesí no te engañe.
Yo sí he amado, como no he amado a nadie.
Las caricias me hicieron necesitarlo.
Los susurros, adorarlo.
Y los daños, ahogarlo.
Sensata y a la vez loca,
solía perderme cada noche en su boca.
Creyente de ese amor que tu nombras,
luego me di cuenta de que solo eran sombras.

Gato: Si, ciertamente ese amor te ha fallado
ha sido de papel, nada más
tal vez han sido síntomas de infarto
dejando en ti un cáncer terminal.
Han arrojado mi ilusión a migajas,
llevándose la pureza inconfundible,
resultando ser una perfecta estafa
a mi cariño incombustible.
Pero sigo aquí soñando,
enamorándome de las miradas, riendo.
Buscándole pelos a los vasos,
pues creo que es feliz quien cree serlo.

Jirafa: Ciertamente necesitamos creer en algo
Yo prefiero sostener mi alma sin
volver a tocar el barro.
Sumar a mi ilusión,
más de lo que delata mi interior.
¡Cuántos romances desconocidos me aguardan!
No dudaré en dejar participar a la razón.
No renunciaré al sueño oculto de la pasión.
Y volveré a guiarme por caricias,
por susurros, por conquistas.
Mi corazón, trataré de que no sufra impacto,
mientras mi cuerpo sucumbe bajo tu tacto.

Gato: ¿Para qué tantas emociones
y sentimientos encontrados?
Basta con encontrar un as de corazones
que viva las jugadas a tu lado; 
de emociones,una luz puede ser un universo
esa que te llene de sonrisas tempranas,
susurrarte hasta quedar dormida versos
y despertar en ti cada mañana.
Supongo que somos diferentes
y cada uno busca llenar la canastita de ilusiones.
Como te aprecio, vista siempre al frente
tu amor sea de ángel, tu amor sea pasiones;
mas no importa cuan difícil y cruel
sea el tiempo que pases:
Yo estaré para secar lágrimas de tu piel
como amigo, ante tus amores fugaces.

Rosa Pasional parte 1 - Abeja

Rosa pasional y bella
la ilúminada centella,
tus emociones enteras
centurias y decenas,
días y horas,
la pasión no demora
en hacerse presente aquí,
que tú, sí, sacas lo mejor de mí.

Pero no dejemos todo tan abstracto,
es que tu sonrisa es un acto
de amoroso y erotizante deseo,
como me llama tu pecho al desnudo,
o tu cuello yo quedo mudo,
es en tu cuerpo donde doy un paseo,
de mis dedos injuriosos,
con andar lujurioso
te acariciaría toda tu silueta,
mientras tu vaho me transporta
a tus labios tan violetas,
rojos, brillantes, magenta.

Así tu mirada llena de dicha,
deja en mi rostro una huella,
tan fina y fuerte como doncella,
tus palabras anda callando,
que tus labios voy besando
rosa pasional y bella.

Parte 2
Parte 3

Paseo Ahumada - Abeja

   Paso tras paso, pisada tras pisada sobre la blanda suelda de mis mocasines negros. El atiborrado paseo es como un espectáculo digno de apreciar. Los eclécticos humanos que transitan por ella llegan a ser divertidos cuando el ambiente musical en mi cabeza los transforma.
   A mi izquierda un viejo me pide una moneda, me echo una mano al bolsillo y le lanzo una de cien pesos. Subo el volumen de la música ya que las voces me impiden escuchar bien. Sigo caminando y los jóvenes salen de los locales de comida rápida con sus grasientos platos, felices de la abundancia que nos ha hecho evolucionar. A mi derecha me sigue el paso un ejecutivo, chaqueta en mano, corbata tambaleante, zapatos negros, muy formal pero su cara revela cansancio. Él corre, yo sigo a mi paso.
   Espero treinta segundos.
   Uno...
   Dos...
   Tres...
   Cuatro...
   Cinco...
   Seis...
   Siete...
   La misma canción pasa a un interludio con mayores graves, olvido por un momento el semáforo.
   Catorce...
   Quince...
   Dieciséis...
   Diecisiete...
   Dieciocho...
   Diecinueve.
   Observo a una bella escolar del otro lado del semáforo y comienzo a caminar como autómata nuevamente al notar que todos caminan. Giro levemente mi cabeza para seguir mirando a la estudiante y mi hombro choca con un sujeto alto y enjuto.
   Los lustradores recostados en sus sillines, el trabajo duro ya había acabado en ese martes por la tarde. Los oficinistas llenan los cafés, las sillas ocupadas por gerentes y secretarias discutiendo los ingresos. Una camarera de piernas largas le lleva la bandeja a 5 sujetos de terno negro, ellos la elogian y se va sonriente. Un local más adelante, parejas comen helados abrazados. Los locales de la derecha son visitados por muchachas y señoras buscando zapatos y cosméticos.
   En nueve pasos llegaré al siguiente semáforo. Uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve y sigo caminando, el temporizador llegó a cero mientras distraído veo una paloma volar a ras de suelo.

   El compás cambia. Se aceleran los sonidos casi provenientes de un cosmos distante. La electrocondición que me está provocando me vuelve una máquina, mis pasos ya son robóticos, no me detengo por nada. Ni por la basura que puedo pisar y es la gente la que se mueve ante mi cuerpo, no yo. Así también las gentes cambian. Un vendedor de relojes de las estrellas musicales de los 80s enfoca a sus posibles compradores; los que trabajan con spray de pintura, pañuelo en mano y boca, terminan los últimos detalles de sus trabajos: caballos con fondos azules, montañas con fondos rojos y el paisaje planetario; una multitud rodea a otro pintor: el que dibuja con la tapa de los tintes haciendo círculos que luego de un rato quedarían como el de la obra en exhibición; un guitarrista interpreta Norwegian Wood a la derecha y en el piano público se toca Für Elise y me bajo los audífonos para escuchar las dos melodías. Sigo caminando cuatro tres dos un paso y subo los audífonos, la canción sigue igual.
   Voy llegando a mi destino. La propaganda política rellena los últimos espacios del boulevard, unos que apoyan a una, otros a otro, unos me dan panfletos, otros me invitan a firmar, otros que piden un aporte voluntario. Intento escapar de sus malévolas intenciones, me llegan voces, hago oídos sordos, la música no ayuda: su volumen disminuye, me llevan hacia ellos...

Cuatro pasos,
un jadeo de sofoco,
dos suspiros de cansancio.

   La emoción inestable se hace más fuerte, los retumbos aparecen de la nada haciendo eco en mi cabeza. Sensaciones extrañas, súpersensitivo a la energía circundante. Esto es un río, un río de autómatas yendo y viniendo de sus destinos, de sus oficinas, cruzando miradas. Más lustradores recostados en sus sillines, ya no quedan artistas. A lo lejos oigo una gaita y tan cerca escucho al mismo Universo, a esta Cromosfera, a las palabras ultravioletas y destructivas, las miradas más obscuras que las alcantarillas, el cansancio, las mentiras, al frío, a la poca preocupación por la enfermera quien tropezó y botó su bolso. Esto es el Ojo del Huracán. Un huracán de cemento, de polución, tóxico, infestado de sadismo.
 
   Los tonos bajos involucionan a la Era de Hielo. Los protohumanos han contaminado el paseo por el que circulo. El último semáforo antes de llegar a mi destino. Son quince segundos. Y quedan quince segundos de éxtasis musical intensamente veloz.
Uno...
Dos...
Tres...
Cuatro...
La música se apaga.
Seis...
Siete...
Millones de sonidos entran y salen por mis oídos.
NUEVE...
DIEz...
ONce...
Doce...
Trece...
catorce...
quince.

   La ciudad se detiene. Yo sigo ahí, como otro virus más.

sábado, 1 de febrero de 2014

Trance - Camaleón


La rutina la volvía pensativa. Ideas varias sobresalían de ese sumidero de proporciones pequeñas a la que muchos gustan de llamar cabeza. A veces era una noción ajena la que se apoderaba de sus pensamientos, otras muchas veces era una fusión de sonidos, imágenes y anhelos que danzaban al ritmo de los quehaceres diarios.
La mano derecha se alzaba graciosa directo al lóbulo izquierdo, la mirada hacia el horizonte, aquellos ojos color marrón cobraban otro matiz, uno más ligado a lo inerte que a lo activo, se acercaban a lo que se define como trance.
Era un estado particular e hipnotizante. Su mirada seguía un punto fijo, lo miraba con tal vehemencia que muchos tendían a seguir la trayectoria de aquellos ojos, como buscándole una razón a su estado, a esa perplejidad ante la vida, ante su entorno, ante el mundo mismo. Los ojos se tornaban un tono más oscuro, con un brillo que denotaba decisión, una pasión que se regía por un mundo paralelo al que no era posible acceder, en el que nadie era capaz de penetrar, pues la llave hacia aquella dimensión de estructuras electrizantes, magnéticas y utópicas yacía en manos de su creador.
El papeleo de todos los días no tiene trasfondo, solía repetirse antes de practicar el ejercicio diario de perderse en la nada de pensar en todo. Tratando ilusamente de buscar una razón para hacerlo, una excusa para no sentirse ociosa, un estatuto imaginario que le consintiera el ir corriendo a este submundo para perderse en el infinito placer/armonioso, que le provocaba pensar. Entonces, el cuerpo entraba en un estado que le gustaba llamar automático. Se movía de manera maquinal, de una tarea a otra. Los brazos tensos, la quijada apretada, el entrecejo arrugado, los dedos veloces, la boca creaba una curva diminuta donde no cabía ni siquiera un suspiro, las piernas cruzadas, solo el pie izquierdo seguía un movimiento acompasado, natural y espontáneo. Siempre se preguntaba ¿por qué? Lo más probable haya sido que parte del cuerpo seguía conectada a su mente y que la única parte consciente de aquellos viajes neuronales era su pie. Interesante.
Cuando el cuerpo se habituaba a las tareas asignadas, ya no había vuelta atrás. El perfume a frutillas recién sacadas de la tierra, de pan recién horneado, de la tinta al papel, de la sal en el ambiente marino, de la colonia masculina en las sábanas, comenzaban a rodearla de pies a cabeza. La estimulación constante la hacía pasar de una idea a otra: El amor, la muerte, la reencarnación de los seres vivos, el balance armonioso de los sentimientos, el odio inexplicable, el deseo que quema, la amistad rota, las lágrimas en el hombro ajeno, un beso en el cuello, la respiración entrecortada, el sonrojo en las mejillas, calor en las manos, el dolor en los muslos inquietos, el escozor de lo imposible, la adrenalina de hacer lo incorrecto, el devenir en las miradas cercanas, el miedo descontrolado por desconocido, la cobardía tras el escape…
Bofetada y despertar.
(…)
Cuando la culpa se alza hasta este limbo, el único modo de combatirlo es no combatir en lo absoluto. Evasión ante el terror de ser acorralada, piensa mientras comienza nuevamente a parpadear. Los ojos secos y rojos, pareciera que no hubiera dormido en días, mas es solo el hecho de que sus ojos han visto más allá del terreno concreto, han visto más allá del entendimiento mortal. Lo divino, lo frágil de la situación humana, lo complejo del sentir propio, las memorias distorsionadas por el anhelo, la vergüenza de sentirse presa de uno mismo. El cuerpo muestra una descoordinación en primera instancia, pero no es más que el reflejo del desequilibrio vivido, más bien un daño colateral de este.
Todo se volvía lento y le costaba concentrase. El pecho se apretaba de solo pensar en el mar de ideas que acaban de ser concebidas por ella, pero más que nada el hecho de recordar el sentimiento de ser acosada por una parte de su mente, era lo que la trastornaba de ese modo. En este punto recurría a lo que llamaba el retorno. Comenzaba con breves respiraciones, que se acrecentaban de manera proporcional con la cordura. Luego como ejercicio de confianza y de confirmación de que se hallaba en el plano físico, comenzaba a palpar diferentes objetos: lápices, papel, su propia ropa, otros artículos de papelería varios. Cuando ya se sentía segura como para caminar, se dirigía hacía su bolso y cogía una manzana (solía llevar manzanas a todas partes, pues la mayoría de las veces el ejercicio de pensar no salía acorde a lo planeado/no planeado), y la comía con lentitud. El dulzor de la fruta terminaba por traerla de vuelta a la realidad, aunque no tuviera nada que ver con Hipoglucemia, era un proceder bastante efectivo.
Así pasaba horas del día entrando y saliendo del trance. En un vaivén de “Síes” y “Noes” que nadie entendía, que nadie dimensionaba, con los que nadie lograba empatizar, porque en realidad cómo era posible hacerlo, cuando nadie lograría jamás posicionarse en su estructura mental, en este torbellino impetuoso de ideas, en la maraña de constructos cognitivos, en el laberinto pasional intelectual que suponía ser su cabeza.
Era una mujer que volvía constantemente, a estas ganas de querer torturarse con el acto de pensar. Como un dulce castigo autoimpuesto. El regreso era la única palabra que la definía.
Al finalizar el día, se dirigía camino a tomar el bus. Qué irrisoria es la razón, mejor dicho la irracionalidad, piensa con ahínco. Arriba a la estación-terminal, se sube al bus, paga, busca un asiento, se sienta junto a la ventana, mira como la gente se aleja tras el paso apresurado del bus, entonces pone su bolso en el marco de la ventana y se prepara para dormir. El cuerpo se adormece, los párpados se cierran, las piernas se cruzan, las manos escondidas bajo el pecho, el mentón pegado al cuello, los labios leves, el entrecejo liso, la nariz se mueve lenta, el ensueño se apodera de sus ideas y en un susurro las transforma en una canción de cuna. Y el dormir arriba a la estación de su consciencia/inconsciencia, dejando que tan solo su pie izquierdo siga un movimiento involuntario, pero natural.
¿Será que solo en sueños la mente deja de atormentarnos? Piensa una adormecida ella. No, se responde, nunca nos deja, pero la verdad no creo que sea algo malo, de hecho no lo querría de otro modo, termina por concluir. Es así que dejará, por única instancia en su vida, que los pensamientos determinen su existencia, que estos la conciban como tal, como ella misma.

Salvación- Jirafa

Quien me acompañaba no es quien quisiera. Huí lejos. Huí de él.

Mis pasos apremiaban por seguir un camino desconocido.

Tú, fugaz. Tú, perfecto voraz.

Una puesta de sol. Un verano esperado.

La marea subía y la magia nos acompañaba.

El agua retrocedía su andar. Arrastraba consigo millones de granos de arena que brillaban cual

purpurina.

Un perfecto desconocido, un perfecto acompañante.

Te acercas suave a mis muslos, me rozas, me tocas.

Mis labios han estado rotos tanto tiempo que dudo.

Me guías. Te siento.

Juego de fusiones, tu boca y la mía.

Y olvido. Por el momento soy deseada, acariciada.

El letargo del viento en mis ropas. El frío ya no existe.

Mi cuerpo te siente, mi alma te llama.

Paseas por mis valles, subes montes, lames mi sabor.

Que falta me hacías. Debiste escuchar mis venas gritar.

Tus manos tibias me tocan sobre la arena.

Te ofrezco una invitación a la locura. Te pido ser mi amnesia.

Tus labios en mi oído, mágico intercambio de palabras.

Entre las olas se mezclan mis gemidos.

Entre la arena se oculta el sudor.

Entre tus manos mis pechos.

Entre mis piernas tu ser.

Adiós tortura agonizante.

Un grito. Una sonrisa. Un descanso. Una caricia.

Descubro lo verdadero. Te esperaba.

Deseo, pasión, locura.

El agua nos baña y se lleva consigo lo que eramos.

Vuelvo a esta playa. Cuando tu me tocas, nada me daña.

Incondicionales- Gato & Perro

  Gato: ¿Qué hacer con “este”, que clama por nosotros?
El hombre que nos golpea de tincada.
 No tienes más que ver su rostro
Y revelar su corazón en llamas.

  Perro: Es su forma de declamar cariño,
sabes que su familia somos,
¿Acaso tus garras no sacas
 cuando mal te sale todo?

 Gato: Creo que es excusa mala
 o ¿No te duele el pescuezo?
 El tipo en daños no repara
 ya deberían llevarlo preso

Perro: Los daños pasan amigo mío,
pero nuestro amor es incondicional;
podemos, claro, alegarle por sus rabietas,
pero ¿Puedes tú, amarle menos por eso?

Gato: ¿Amarle? ¡amo lamerme las bolas!
de los tiempos sutiles,
comer pellets horas y horas
y rasgar todos sus textiles.

 Perro: ¡Entonces hazle saber todo!
decidle cuanto le odias,
y déjame aquí,
con su cariño distinto.

  Gato: Ten por seguro que lo hago;
he bautizado sus cortinas.
El otro día ha blasfemado
 a la fragancia de mi orina.

  Perro: Pues existes para él,
 no sabes la desdicha de mi mundo anterior,
antes de que él me encontrara;
mi mundo era no ser para nadie.

   Gato: Ay, amigo de mi juventud,
 yo era de los que se comía las heces;
debes saber que, para mí, tú
simplón e inútil, no me pareces

 Perro: Somos desde que el nos acogió,
es cierto, los años lo han hecho tosco y bruto,
pero es él quien nos alimenta cada día,
 es él quien nos cuida cuando enfermamos.

   Gato: Amigo perro, haré una excepción,
 solo por no abandonarlo a la vida;
 aunque pongamos en parangón
 su bondad contra la mía.

 Perro: No es bondad, lo sabes,
es solo pagar su cariño con el nuestro.
Al final, el nos necesita más que nosotros a él,
cuidemos de él y sus rabietas, lo merece.

  Gato: Admito que eres un santo
y tienes parte de mi corazón;
aunque careces de mi encanto
hoy te encuentro la razón.




jueves, 30 de enero de 2014

Hematolagnia - Abeja

   Salud.
   Mi copa llena de Sangre está.
   Por mis finos labios se escurre, cae. Me excita, me vuelve demente.
   Aquella sensación de Vida y de Muerte.

   Me llaman Conde, y he matado a millones.
   No soy más que un Simple lugareño que goza del Asesinato.
   ¿Tortura? Sí, si vuestros ojos delatan crimen, calvario será tu Destino.

   Bebo de la copa,
   Mis colmillos se tiñen del rojo pasional,
   Serás mi Víctima.

   Ven, Hermosa,
   Ven a jugar.
   ¿Tienes Miedo?

   Ven, será Rápido, Doloroso, Pasional.
   Para tenerte toda la Eternidad.
   ¿Huirás?

Bajo tu cuerpo - Muflón

Has corrido hacia mí,
después de todo soy tu alimento,
llenos así en el firmamento,
nos fuimos amarrados los dos.
La sangre escurría por las sábanas,
por tus dientes, por tus garras,
mis brazos amoratados,
mi cuerpo entero mutilado.
¿Pero esto no es placer,
algo sanguinolento y mortuorio?
Estar así a tu merced,
es mi sueño idóneo.

Someter y ser sometido,
ser un siervo más del rebaño de Dios,
pero alimentando a un Demonio,
a sus colmillos de Titanio.
Atrápame en este Caos.
Llévame a los Infiernos,
Soy tu presa y tu lujuria,
trátame con injuria,
trátame mal, con violencia,
no tengas misericordia,
¡DESATA TU DISCORDIA!

En este momento deseo morir,
en este mundo ya no quiero vivir,
con mil latigazos desata tu pasión,
con tres cruces canta una canción,
clávame, rompe, azota y mata mi cuerpo,
con desprecio mírame, no merezco menos,
pero hazme tuyo, que así lo quiero.

Cázame otra vez,
y otra vez,
y otra vez,
y mátame de nuevo,
hazlo pronto,
hazlo. 

Cultivar - Perro

Manos, jueves, flores, retos,
y el mundo sigue y sigue,
ojos, tomates y frías luces,
Y tu mirada destruye mi mundo.

Los colores se retuercen en el alba,
los sabores y tu olor,
las manos se cierran y se niegan,
es hoy o mañana?

La vida enjuaga mis recuerdos,
blanco cerebro de flores marchitas,
tanta confusión me lleva a pelear por nada,
y el mundo sigue y sigue.

El brote dorado no llegará lejos,
tu mirabas los surcos de la tierra,
les crié con cariño, recuerdas?
La noche llega y los postes no encienden.

El amanecer aún está lejano,
respira, muerde y anhela el ojo,
llega el sol, blanco como el papel,

marcado con tus labios de tinta negra.

El café y su memoria - Araña

Las olas besaban tus pies,
cuando el invierno nos golpeó
(Nos golpeó acaso como tus ojos a ella?),
ese invierno seco y frío,
pero familiar.

Las rocas te esperaban,
y de nuevo la espuma,
el óxido, la arena y mis manos,
el frío reptante de nuestro pacto.

Las olas besaban tus pies,
el miedo nos arqueaba las verdades,
tus ojos brillaban, no tan lejos,
tu pelo flotaba por el lugar, llenaba los vacíos,
es acaso un sueño la vida?
(es acaso un sueño ella?)
la muerte que responde y no volví a verte.

25 años hacia el fondo,
el muelle se enferma sin tu voz
y mi gaviota no alza el vuelo,

arden bajo el mar mis días de amor.

El olor de las letras - Perro

En los días de caos,
en el comienzo de todos los finales,
Según una antigua leyenda irreal,
Dios quiso, mundo y ella.
Corona revela, hermosa criatura.
El caos creó a esa mujer!
Los jardines lucen cadáveres
Palmeras verdes, tal vez, no sucedió,
Su rostro, amaneceres color de rosa tierno,
Una boca orgullosa parecía escarlata rosa...
Vivió sin dolor, sin preocupaciones.
Entre las flores, el mundo y el vino,
Ella no sabía que el mismo Caos moría
Al verla de manera persistente y severa.
Ella pedía al caos tormento,
el aceptaba el lúgubre pacto,
el tiempo llenaría los espacios,
y la luna contemplaría el jardín ya marchito
sus ojos
espirales fecundos, muerte, ira y lujuria
el pacto incompleto estaría, su alma perenne se vuelve
el caos se torna débil

su belleza construye el mundo.

Porcelaine, mon amour - Gato


Mi princesa no estaba feliz,
siendo de aquellas que todos adoran.
Paso tras otro me arrastró hasta aquí,
su ternura se llevó mis horas.
Quieta como la brisa en la mañana
o el amor en bruto,
me enamoré de la vida en la ventana
en un minuto.
Y cada tarde me valía el olvido
hasta que el último de mis ahorros
me valió el esfuerzo y le lleve conmigo,
pues mi alma sentía que me pedía socorro.

Le abracé la vida, muy fuerte;
en brazos por las calles de París
bailamos hasta la calma, y la gente
miraba atónita y blasfemaba frente a mí.
Pero no nos importaba en absoluto;
no me hablaba, pero se aferraba a mis heridas.
“¡No vendo jamás, ni permuto
el placer de un vals junto a mi amada perdida!”.
Le recité los versos más bellos de Géraldy;
en la calle Vaugirard cogí una flor de lirium.
Reímos hasta que un policía, tan fácil,
de un golpe en la nuca terminó con mi delirio.

Ahora escribo bajo estas paredes mudas.
Sufro su adiós sin escuchar un “vete”,
A camisa de fuerza y entre gente testaruda
recibo visitas de seis a siete.

No era como esas mujeres de colores
que sin motivos soltaron mi brazo,
de esos amores que aparentan ser amores
y me arrancaron la ilusión de cuajo.
¿Quién juzga a un hombre por estas pasiones
a una pequeña muñeca de porcelana
y no a quien se besa en las estaciones,
y en tres meses lo hará con otra “amada”?

…y aquí sentado en un rincón,
con esperanzas de que alguien me visite mañana,
rememoro y busco llenar “algo” en mi corazón,
en un espacio que no lleno con nada… con nada.

Oda a Pequita - Burro

Con sus manitas de pequita
y su acento sureño,
vista firme al cielo
onda su pelo de hermosita.
De ceño siempre fruncido
y agravando toda cosa,
nadie ha escrito alguna prosa
sobre sus sueños dormidos:
sueños de princesa
esperando un noble caballero.
¿Quién será el primero
en besar sus labios de fresa?
Y abrazar su cuerpecito
tan frágil que parece
y fácil de rodear dos veces
con los brazos, su humanidad de angelito.
Ella: la que ve la realidad,
los mejores comentarios;
esos que llegan al punto exacto
de la absoluta verdad.
Conocedora del espacio y del tiempo,
de las bromas más ácidas,
tiene una opinión sarcástica
y a la vez temperamento.
La risa más diminuta
y simpática a la vez
la sonrisa más cálida que ves
de una belleza absoluta.
Así es ella y manda ahorita,
dueña del sentimiento innato
de la cabeza a los zapatos:


la reina de las ratoncitas.