miércoles, 29 de enero de 2014

Globo de gas- Gato

Con el rubor de sus pómulos violáceos
corre el niño por la placita;
pintando de sonrisas un espacio,
orgulloso menea la cabecita.
Va de lado a lado
con la esperanza de la temprana primavera,
como poeta enamorado,
compás al viento contenido en una esfera:
globo de aire de añoranza y humildes sueños,
como los días que recordará mañana
en la hoguera; junto a sus nietos pequeños,
con una sonrisa de madrugada.

Solo él y su mundo de colores,
de veinte centavos,
para una tarde cotizada en millones,
que otros niños han cambiado por helados.

De pronto, el monóculo de gas
se zafa de sus pequeñas manitas,
para volar y no verlo más,
o hasta que otros veinte lo permitan.
Vuelve a sus pasos, no triste; más bien, emocionado.
Aún siendo humilde a vistas de terceros,
el día de hoy lo más valioso ha atesorado:
un sueño imperecedero.

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